

Julia Tagüeña: La divulgación científica en México


Agencia ID – AECID-OEI. Entrevista con la Dra. Julia Tagüeña, presidenta de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica.
La carrera aeroespacial vivida a partir de la segunda mitad del siglo pasado significó, quizás, el hito más importante para la divulgación de la ciencia y la tecnología, toda vez que las naciones partícipes de ese evento daban a conocer sus avances tecnológicos en los medios masivos de comunicación. Desde entonces a la fecha, esa tarea se ha permeado prácticamente a todo el mundo, incluida la región iberoamericana, donde existen relevantes ejemplos
Entre las primeras naciones de la región en emprender esta práctica figuró México, quizá por la cercanía geográfica a una potencia científica como lo es Estados Unidos, pero también por los avances científicos que se generaban dentro de sus fronteras, muy particularmente a través de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Uno de los actores más reconocidos en esa tarea ha sido la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica (Somedicyt), que fue fundada en 1986 por un grupo de científicos y especialistas en medios con interés en la divulgación del conocimiento.
A escasos días de realizar su XVIII Congreso Nacional de Divulgación de la Ciencia y Técnica, la presidenta de la Somedicyt evalúa los resultados de la reunión y hace análisis del panorama al que se enfrenta la tarea de empoderar a la sociedad mexicana del conocimiento generado en el país.
¿Cuál es la actualidad de la divulgación científica en México?
Sabemos que para tener una mejor calidad de vida y comprender el mundo que lo rodea, el ciudadano requiere tener una cultura científica que no sólo enriquece, sino lo empodera en la toma de decisiones sobre hechos que ocurren en la sociedad, como cuestiones presupuestales o implementación de leyes.
Pero a pesar de que en nuestros días parezca obvio, hace algunos años no lo era. Lo que ahora falta es establecer los mejores caminos para la divulgación de la ciencia, la profesionalización del perfil del divulgador, la presencia de los divulgadores en las Universidades y otras organizaciones como son los periódicos. Hay que convencer a los medios de comunicación para la apertura de espacios fijos y que la información científica no sólo se emplee de relleno.
Estamos haciendo diagnóstico de diferentes medios, y sin tener aún la conclusión de la evaluación, es evidente que no hay suficiente espacio para la comunicación de la ciencia en los periódicos, pero es un problema global.
¿Entonces hace falta apoyo para esta tarea?
Hay buenos esfuerzos, no se pueden negar los avances que se han hecho desde el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y a nivel estatal (provincias) con los consejos locales. Lo que no hay son acciones unificadas para realizar divulgación de la ciencia, pero es un síntoma de una política pública en ciencia y tecnología poco clara por la que atraviesa el país. Los gobiernos no han visto el poder que tiene el conocimiento y su difusión para el desarrollo del país.
Lo que estamos propugnando desde la Somedicyt es generar una política nacional que nos lleve a ser un país más culto científicamente hablando.
¿Pero existen profesionales que puedan hacer esta labor?
Antes llegaban a la comunicación de la ciencia por el camino difícil; es decir, a través de la pura experiencia, en su mayoría científicos con interés de dar a conocer su labor. Ahora hay incluso posgrados y diplomados, cada vez más tenemos gente preparada y tenemos posibilidad de prepararnos internacionalmente.
En el país la UNAM, en la ciudad de México, y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, en Jalisco, tienen programas relacionados para profesionalizar a los divulgadores, pero la comunicación de la ciencia es multidisciplinaria y nos ha costado tener estudios de posgrado. Por lo que toca a la Somedicyt estamos trabajando en un curso en línea de la comunicación de la ciencia, porque creemos que es importante emplear nuevas tecnologías.
¿A qué se enfrenta la divulgación de la ciencia en estos momentos?
La gente ahora tiene más herramientas donde el conocimiento es realmente público. Por años estuvo escondido en los monasterios, después en las universidades y ahora finalmente está abierto. El comunicador ahora tiene que aprender a escuchar con mucha atención a su interlocutor y a la audiencia.
Por ejemplo, si un museo va a presentar una nueva exposición debe hace un estudio donde identifique qué es lo que al público le gustaría ver. Siempre debe haber un contenido con rigor por parte de un experto, pero eso no significa que se cierre a las necesidades de la audiencia.
¿La divulgación de la ciencia y la tecnología sólo contempla a los medios?
Una de las estrategias que discutimos en el XVIII Congreso Nacional de Divulgación de la Ciencia y Técnica fue explorar espacios menos convencionales, como la inclusión de temas de ciencia en el teatro o a través de otras actividades artísticas con las que se puedan acercar a la gente. No todos los esfuerzos deben ser hacia un solo medio, hay que asumir que la comunicación de la ciencia tiene diversos caminos.
¿Cuáles de esas acciones han tenido éxito?
En México se cuenta con una experiencia muy exitosa que promovió la física Alejandra Jaidar en el Fondo de Cultura Económica, que se trata de la colección La Ciencia para Todos, antes llamada La Ciencia desde México. Consiste en una serie de libros fantástica para todo el público que se complementa con un concurso de reseñas y ensayos en el que participan miles de jóvenes.
Esa serie nos recuerda que la divulgación y la educación de la ciencia no son lo mismo, pero hay una relación importante entre ellas, ya que se puede decir que la educación formal pasa por la escuela, en los museos puede ser no formal y la divulgación da una educación informal que adquieres a lo largo de la vida, que permite saber ideas nuevas.
Otros ejemplos
Los museos son otra forma de acercar a la población con la ciencia, sobre todo con los llamados interactivos, que en México han florecido en los últimos años, al grado de que se contabilizan alrededor de 29 de este tipo de museos, los cuales se reúnen en la Asociación Mexicana de Museos de Ciencia y Tecnología. Estos espacios son importantes porque la gente convive en un espacio enriquecedor.
Al mencionar el uso del arte para promover la ciencia, recuerdo por ejemplo el caso de una de las divulgadoras más importantes del país, la doctora Julieta Fierro, quien ha empleado ballet para comunicar ciencia. En ese sentido, otro de los ejemplos es el que promoverá la Somedicyt entre personas que realicen teatro con títeres, de lo que se trata es hacer un concurso de este tipo de obras, y las bases del certamen estarán en breve en la página de la Somedicyt: http://www.somedicyt.org.mx
VI Curso sobre Educación para la Cultura Científica |
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19 de octubre de 2011 |
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